domingo, 9 de septiembre de 2007

El Tablón, por Juan Butvilofsky

Por un frasco de la fragancia que ya es furor entre el público “millonario” –“Kenzo” Francéscoli- (risas): ¿por qué Passarella logró sostenerse en su cargo hasta tener una gran tarde?... Elaborar un decálogo de virtudes de nuestros heroicos rugbiers en detrimento de las carencias de nuestra Selección o de los equipos de fútbol de nuestro país sería definitivamente un gesto de total desagradecimiento hacia el más popular de los deportes criollos. El fútbol fue, es y será la red de contención más noble para las emociones desparejas e irracionales del colectivo vernáculo, incluso para las cabezas podridas, que lo utilizan como refugio para chuparle la sangre que no le queda. Pero de esta súper clásica disputa, la de siempre, la nuestra, Gardel o Devoto en su versión “Puma” o jugador de fútbol, se puede rescatar un punto irrefutable, le guste a quien le guste: a los muchachos de Loffreda se les nota en la cara la furia que desata un resultado adverso, la excitación que fluye cuando se está arriba o la enjundia que hay que ostentar para aguantar como sea; a la gran mayoría de los futbolistas de nuestro combinado o de nuestra liga, desde hace rato, no... Las presiones que debe asimilar un futbolista en este lado del mundo nada tienen que ver con las que les son inherentes a los rugbiers, pero eso no justifica la inconcebible falta de pasión de algunos de nuestros ídolos de domingo. ¿Reaccionarán nuestros players de una buena vez?, ¿copiarán la garra que derrochan “Los Pumas”?, ¿por qué Passarella logró sostenerse en su cargo hasta tener una gran tarde? -porque tiene pasión, y la lleva puesta en la cara- (como un “Kenzo” Francéscoli).
JUAN BUTVILOFSKY
METRO95.1
AMERICA1190
FM IDENTIDAD92.1
EL TABLON