viernes, 7 de septiembre de 2007

El Tablón, por Juan Butvilofsky

Dijo Alfio Basile a la revista “Hombre” del mes de septiembre: “Yo jamás, en los años que hace que estoy en el fútbol, vi un gay bañándose conmigo en el vestuario. Nunca”. Dijo el ratón Mickey: “Yo jamás, en los años que hace que estoy en Disney, vi a un perro pluto. Nunca” (risas). Digo yo: “Existen situaciones elocuentes, invisibles sólo para los que no quieren ver, inexistentes solamente para los que no están ágiles de “Coco”... El “no” de Juan Román Riquelme a cada una de las razonables ofertas que le hizo Boca fue un baño de realismo que desnudó a un lugar común ahora obsoleto. Al genial futbolista, de acuerdo con lo que se hizo público en el transcurso de esta semana, lo único que le interesaba era imponer su ego por encima de las vanidades del dueño del Villarreal y las del entrenador chileno Manuel Pellegrini. El amor por la camiseta o la cercanía de la gente querida era el disfraz que ocultaba a la única razón que dilataba al anuncio que no fue: el “Diez”, como tantos otros protagonistas del planeta fútbol, tiene mentalidad de vedette. Y no está mal; que quede bien en claro: cada uno puede hacer lo que quiera con su billetera y con su pose. Lo que se cuestiona es el verso, el doble discurso, besitos en el escudo que ya no serán, situaciones que generan tristeza en el hincha genuino, ese que se gasta hasta el último mango para ir a ver a un ídolo a un estadio de fútbol, y que ante semejante desmentida se vuelve pluto.
JUAN BUTVILOFSKY
METRO95.1
AMERICA1190
FM IDENTIDAD92.1
EL TABLON
PLUTO