sábado, 10 de noviembre de 2007

Negocios

La meta principal de cualquier empresa es ganar dinero. La de la familia, es la contención de sus integrantes, condición necesaria para su crecimiento personal y la búsqueda de la felicidad a través de las generaciones. Pero en toda empresa, sea de familia o de socios no familiares, los integrantes de la familia están presentes siempre, ya que los efectos de las transformaciones o situaciones personales –como el divorcio, una enfermedad crítica, el retiro o el fallecimiento del empresario, una crisis matrimonial- repercuten necesariamente en la empresa. Y, a su vez, las crisis y transformaciones en la empresa -sea por éxitos o por fracasos- se traducen en impactos directos sobre la familia.
A diferencia de las grandes corporaciones, en las Pymes las circunstancias personales del empresario y su familia pueden influir significativamente en el desarrollo de la empresa. En toda empresa Pyme, hay –como mínimo- tres sectores involucrados: los empresarios, sus hijos y sus esposas. Cada uno tiene, a su vez, inquietudes y problemáticas diferentes, según el caso. Hay hijos cuya vocación coincide con la de la empresa de su padre y su deseo es integrarse a ella -“Quiero trabajar en la empresa de papá”-. Está aquel hijo a quien no le interesa integrarse porque cree que su camino es otro -“No es lo mío”-.Hay hijos que desean integrarse, pero no pueden hacerlo -“Me hubiese gustado”-. A veces, hay diferencias entre los hijos a causa del género -“Papá siempre fue machista”-. Hay jóvenes que no desean integrarse a la empresa, pero necesitan el apoyo de su familia para emprender su propio negocio- “No quiero el negocio, pero necesito la plata”-.
En relación a los padres, su rol en el momento de decidir a quién transferir la empresa es sumamente particular. Hay padres que dan todo por sus hijos -“Armé esta empresa para mis hijos”-. Algunos padres pretenden enseñar a sus hijos que todo lo que quieran se lo van a tener que ganar. Están los padres que opinan que lo mejor para el crecimiento personal de sus hijos es empezar de cero- “Que se hagan de abajo”-. Hay padres que sostienen que, por el bien de la empresa, la sociedad, la familia, etc., lo mejor es no incorporar a los hijos a la empresa- “Los hijos afuera”-. Algunos padres quieren que sus hijos se incorporen a la empresa, pero ellos no tienen intenciones de hacerlo- “Mis hijos me están dejando solo”-.
Por último, ser mamá y esposa tiene sus singularidades. Depende de cada una la postura que va a tomar ante la sucesión de la empresa. Hay madres que defienden a sus hijos- “Hacele lugar a los chicos”-. A veces, las mamás son árbitro en la relación padre-hijo- “Me necesitan en el medio”-. Están quienes defienden sus propios intereses- “No quiero depender de nadie”-.Y hay mujeres que tienen su propio proyecto independiente y no se involucran en la empresa de su esposo-“Yo hago la mía”-.

Prevención de conflictos

“En función a las necesidades y características de cada uno de estos grupos resulta indispensable una metodología y proceso de planificación que permitan: resolver o prevenir conflictos familiares con socios actuales o herederos, diseñar mecanismos de protección patrimonial, definir procesos para el ingreso y participación de hijos y otros familiares, planificar la sucesión, decidir la venta de la empresa, y principalmente acompañar en su crecimiento a empresarios y a sus hijos” – afirma el Dr. Leonardo J. Glikin, Abogado, consultor en Planificación Personal y presidente del CAPS. “De una u otra manera, todas estas situaciones y problemáticas implican que cada uno de los integrantes de una empresa Pyme de familia o no de familia, experimenten formas nuevas de vivir, de convivir y de trabajar, teniendo que aprender y acomodarse a la nueva realidad que les toca. Y es acá donde se debe tener en claro el foco de atención, orientando los esfuerzos a atacar estos problemas y situaciones y no abordando a las personas”- continúo.
Cada empresa es un ente único e irrepetible y no se puede generalizar en cuanto a metodologías y prácticas para enfrentar y solucionar los problemas que estas conllevan. Muchas empresas pueden funcionar con prácticas no consideradas exitosas por los expertos, y sin embargo tener éxito, o muchas otras pueden cumplir estrictamente con metodologías y procesos aplicados por el mejor competidor y terminar en un fracaso. Son muchas las variables y peculiaridades que influyen y entran en juego en el manejo empresario, lo que hace importante saber adaptar los comportamientos y decisiones a cada situación en particular, definiendo prácticas, formas de actuar o acciones apropiadas que permitan prevenir un conflicto y teniendo en claro que no existen metodologías aplicables a todas las empresas como si fueran recetas. En estos casos resulta casi indispensable pedir ayuda profesional y tener a un tercero que actúe para resolver las situaciones planteadas que vea los problemas desde afuera, sin involucrarse emocionalmente.
La operación de una empresa, debe atender todos estos cuestionamientos a tiempo y saber afrontar el reto de definir el protocolo familiar o el contrato de buy and sell agreement (también conocido como de “continuidad empresaria”) en la cual se especifica un acuerdo de compraventa futura, realizar una valuación activa de la empresa, concretar sindicación de acciones, llevar adelante un practice coaching o una planificación financiera, las cuales resultan herramientas útiles para todos aquellos empresarios que pretendan una buena calidad de vida, tanto para su negocio como para su familia. A través de una estrategia consistente y soluciones creativas, cada miembro de la empresa y a su vez de la familia, podrán saber con antelación a qué atenerse y cuáles son las pautas con las que sus esfuerzos serán reconocidos. De esta manera, y mediante una correcta y adecuada planificación, se logrará anticipar conflictos, mantener una empresa sana, generar oportunidades de negocios para todos, lograr el apoyo de los miembros de la familia, orientar sus objetivos de negocio con sus objetivos en la vida y considerar la perpetuidad del negocio familiar en el tiempo.
Natalia Quintana / Edelman



El 60% de los comerciantes de la Capital Federal creen que no hay conciencia acerca de la importancia y las múltiples ventajas que el turismo acarrea para la Ciudad de Buenos Aires. Así surge de una encuesta realizada por alumnos del Primer año de Carrera de Hotelería de “LA SUISSE”-CEPEC Educación Superior.
El relevamiento abarcó 200 manzanas y 2.214 establecimientos comerciales o de servicios de Palermo, Puerto Madero, Retiro y Barrio Norte. Por otra parte, la mitad de los consultados consideró que se trata bien a los turistas. Mientras que el 17% estima que se debe mejorar la seguridad para impulsar el turismo.
El proyecto tiene como principal objetivo concientizar a los comerciantes acerca de la importancia que tiene la actividad turística en la Argentina dado el crecimiento que experimenta. El relevamiento aporta información clave y actualizada para que los distintos actores involucrados en el sector puedan advertir las fortalezas y debilidades que existen en la atención al turismo.

Algunas de los datos obtenidos son los siguientes:

• El 99,1% de los comerciantes perciben que el turismo es importante para el país. Para el 72% esto es porque favorece el ingreso de divisas.
• 6 de cada 10 entrevistados dice que no hay conciencia turística, es decir, la idea del impacto acerca de las múltiples ventajas que aporta el turismo para la Ciudad de Buenos Aires.
• Ante la pregunta de qué harían para impulsar el turismo, la categoría “Mejorar la Seguridad” fue la más elegida con 17%; con el 15% “Mejorar el trato”, 14 % “Capacitación” y 12 % “Educación”. La opción incrementar la promoción y la publicidad es una necesidad para el 14% de los consultados.
Aldo Massó / Massó & Asociados