De los creadores de “Milanesa a caballito”, el cortometraje-denuncia que expone el cruel final de José María, un pony de Floresta que es linchado por su dueño y es transformado en minuta y en chip de mortadela, llega a “Canal 26” otro documental que te va a cambiar la vida: “Quiero re tuco”, la travesura de una simpática lombriz que se arroja dentro de una fuente con fideos creyendo que era una orgía… Si estas dos historias le resultaron tristísimas, revise al presente de Boca y recupere, al menos hasta el domingo, la alegría. Es que el “Xeneize” debía ganar para estar en la final del Mundial de Clubes y lo consiguió. Más allá de las formas, que no estuvieron para nada mal, el conjunto argentino hizo valer su experiencia y la jerarquía de sus individualidades para inclinar la balanza a su favor ante la sorpresa de la competencia, el entusiasta Etoile du Sahel tunecino (elenco africano con nombre de colonia que se le regala a una chica el día anterior a la confirmación), que dejó bien parado al continente negro -José León Suárez- (chiste de “Palito”). En el haber, sin dudas, hay que ubicar a la paradójica expulsión de Fabián Vargas: lo echaron, justo en Japón, por defender con planchas (chascarrillo estúpido para alegrarle la mañana al cajero amigo del súper mercado chino). Esa baja no sólo le costó piernas a los muchachos de Miguel Ángel Russo: por cada amonestación, el club deberá abonarle a la organización del torneo cinco mil dólares de multa –te FIFA- (¿no es fino señora?). El segundo finalista de la competencia será, nada más y nada menos, que el Milan, verdugo de los Urawa Red Diamonds, o Diamantes Rojos de Urawa (ágil formación nipona con nombre de murga de Claypole). ¿Podrán los envalentonados “Campeones de América” con la experimentada escuadra italiana?, ¿repetirá Martín Palermo la gesta que lo hizo inmortal aquella noche contra el Real Madrid?, ¿“Quiero re tuco”? -¡sí, quiero!-.
Juan Butvilofsky
Juan Butvilofsky