viernes, 20 de marzo de 2009

El Tablón, por Juan Butvilofsky

Supongamos que el fútbol argentino es una muestra de la Argentina dentro de un envase chico, y que el presidente de esa petit Argentina es Julio Humberto Grondona, y que el juez de turno que debe dictaminar la pena de muerte para un acusado es el referí Juan Pablo Pompei... Supongamos que esa pequeña república con sede en la "Asociación del Fútbol Argentino" está gobernada por dirigentes cómplices de los delincuentes, los barras bravas... Supongamos que en esa Argentina, la de la "dinámica de lo impensado", los que delinquen impunemente son la fuerza de choque oficial, esos que alimentan a la maldita "caja negra" con lo recaudado en las zonas liberadas, los mismos que queman urnas o emboscan a manifestantes leales en medio de una plaza... Si tomamos a este hipotético caso como una cuestión probada, ¿quién debería ajusticiar a quien?, ¿Julio Humberto Grondona al barra brava, por obrar a contramano de las leyes vernáculas, o el barra brava a Grondona, por el mal desempeño de la función pública?, ¿o habría que ultimar a los dos, por gambetear sin gracia a la Constitución sagrada?... Si la pena capital le cabría a todos los protagonistas de esta lúdica trama, ¿los sentenciaría el árbitro Pompei, el que no ve un chancho en una bañadera ni obscenas posiciones adelantadas?... Si esa Argentina, la de la "Biblia y el Calefón"; la de Richard Laluz, el barra brava con pedido de captura que convocó a un móvil de "TN" para denunciar una emboscada; la de Rafael Di Zeo, el barra brava convicto casado con la funcionaria que alguna vez lo fugó por una ventana; o la de Mauro Martín, el jefe de la "12" que le pidió a la Policía que le entregara a sus enemigos desarmados y hasta baleó a una anciana; es nuestra Argentina, la que nos recibe siempre, templada, cada mañana, no hay pena de muerte que valga, porque no va a quedar ninguno, ni van a alcanzar las balas... Los coléricos pedidos de miles de Susanas son reacciones entendibles desde el dolor; no son conclusiones sanas. Que los que aún pueden pensar, porque comen, estudian y trabajan, ayuden con ideas, las geniales armas de construcción masiva, porque aún se puede, y la hinchada los banca... Si todos los protagonistas aquí mencionados, más todos los que usted quiera, estuviesen bien comidos, bien educados o bien pagos, ¿se estaría hablando de lo que se habla?... Brindo por las propuestas de las cabezas frías en tiempos caldeados, por los que aún confían, pese a todo, y hasta por Juan Pablo Pompei: si se lo propone y lo capacitan, hasta puede ser un buen árbitro en el día de mañana...
Juan Butvilofsky
Metro95.1 "El Parquímetro"
CIE Argentina - División Medios - Deportes
El Tablón www.tablonargentino.com