lunes, 23 de abril de 2007

Una paradoja Regional

Mientras la aspiración de la sociedad moderna es la de vivir libre de tiranías. Hecho que se evidencia al conocerse las cifras de las miles de personas que, cada año, intentan emigrar del mundo en desarrollo al primer mundo en busca de estabilidad política, económica y oportunidades laborales, las que a su vez le otorguen asistencia en salud y educación que no logran obtener debidamente en sus países de origen. Existen algunos países en desarrollo que parecieran experimentar el fin de la incorporación a la globalización, que es justamente la que le otorga estos
beneficios que tanto procuran los que emigran.

Con lo cual se percibe que la aspiración de vivir en una democracia verdaderamente libre y con crecimiento económico no pareciera que fuera solo un hecho de voluntarismo o deseo. Hay que saber conquistar esa forma de ser gobernados.

Por ello vale considerar también que las potencias o los países evolucionados en alguna medida pueden contribuir a lograr tal objetivo, proveyendo fondos, asistencia tecnológica y política, reforzada con el apoyo externo. Aunque es prioritario que cada una de estas comunidades que reciban dicho apoyo tengan presentes que debe ante todo defender el funcionamiento independiente de sus Instituciones.

Sin embargo, a pesar de estos objetivos de millones, pareciera que algunos países de la región se esforzaran por alcanzar un proceso político y social inverso. Justamente, es lo que observamos en Ecuador en donde el poder Ejecutivo decidió expulsar a los 57 legisladores de la oposición que estaban en desacuerdo con la convocatoria a un referendo para la reforma de su Carta Magna, la cual podría ser objeto de modificación en unos días y que permitiría al presidente Rafael Correa convocar a una Asamblea para redactar una nueva Constitución. Entre sus objetivos, según la oposición, es la de lograr mayores atribuciones al Ejecutivo.

Lo sorprendente es que, el ilustrado Pte de aquel país -que seguramente triunfe en esta convocatoria - , hizo una alusión negativa respecto de su par boliviano porque éste había intentado dialogar con sectores de la oposición: "Creo que Morales cometió un gran error: tratar de dialogar, consensuar con gente que no quiere cambiar nada", según detallaron fuentes periodísticas.
Tal como si el consenso no estuviera dentro de las reglas de juego de una sociedad libre, moderna y pluralista.

Mientras el mandatario boliviano llama a elecciones anticipadas, que de presentar la Asamblea la nueva constitución en agosto, y ser aprobada por un referéndum se pondría en vigencia, con lo que sería la primera vez que en Bolivia un presidente pueda ser reelecto. Según la oposición, el presidente Morales querría perpetuarse en el poder hasta el 2018.

Por su parte el mandatario Venezolano, acentuó su poder ilimitado al conmemorarse la fecha del fallido derrocamiento
denominándola "Todo 11 tiene su 13".
Chávez es exitoso en un sector de la sociedad porque implantó una política de subsidios a los pobres y su retórica va
acompañada de ese impulso. No obstante, lo más relevante del presidente venezolano es el poder que le otorga la producción de crudo de su país -hay que considerar que es el 5to productor mundial - ya que este recurso le concede la posibilidad de liderar al grupo de países que se adhieren a su discurso antiimperialista. Empero su política, según índices, no se refleja en el crecimiento interno, la distribución de ingresos y el nivel de inseguridad en su país que es cada vez mayor. Lo que lleva a cientos de venezolanos a seguir inmigrando hacia otras latitudes en búsqueda de seguridad y estabilidad.

Estas divisiones conceptuales tanto en lo económico como en lo político, aunque no en lo social que divide a la región, en nada contribuye a frenar la inseguridad y la inestabilidad. Como consecuencia millones de inmigrantes latinoamericanos buscan otras posibilidades fuera de su país y de la región.

Al no poder lograr una integración regional se hace imposible combatir los males que sufre en forma conjunta todo el territorio. Ya que, hasta Brasil, que a pesar de ser un país líder en el surcontinental, tanto por su extensa región, cantidad de habitantes y por su economía, mas los recientes convenios para la generación de biocombustible, se encuentra frente a un problema serio de inseguridad local en ciudades de mayor relevancia de su país. Como por ejemplo, Río de Janeiro, que se ha convertido en una de las ciudades más violentas del mundo con una tasa de 50 homicidios por cada 100 mil habitantes, según fuentes estadísticas.

Por su parte Méjico, Chile, Uruguay y Perú, más allá de sus ideologías partidarias, intentan un crecimiento económico y se abren a alianzas comerciales estratégicas. Sin embargo se ven afectados por los mismos flagelos que el resto de la región.
Por lo tanto si todos los líderes de la región verdaderamente tuvieran el mismo propósito y procuraran los mismos objetivos, se podría lograr una expansión económica que repercutiría directamente hacia una mayor estabilidad social. Asimismo habría que proyectar estrategias conjuntas para combatir los conflictos regionales entre esos mismos países.

Como resultado probablemente se resolvería la situación inmigratoria recuperando la seguridad, combatiendo el flagelo de la droga, generando ventajas de los recursos genuinos, reduciendo los niveles de pobreza como tambien restableciendo las Instituciones y respetando las reglas del disenso que requiere una verdadera democracia moderna como la tercera Vía Europea.

Finalmente, cabe preguntarse: ¿Qué impide que algunos países nieguen esta posibilidad a toda la región? ¿Por qué razón en nombre de la democracia, algunos se obstinan en perpetuarse en el poder y niegan el consenso pluralista? ¿Dependerá de la falta de liderazgos en la oposición o por la ausencia de apoyo externo que contribuya a respaldar este crecimiento ?

En definitiva lo que si queda en claro es que no podemos aún alcanzar esta integración que nos emancipe para siempre de las dependencias externas y permita nuevamente resurgir e incorporarnos a un mundo en desarrollo y competitivo logrando que cada país integre en el crecimiento a toda su población, como lo fue en un pasado no tan lejano.
Por Juana Marcó